Cuando el cansancio ya no entra en el cuerpo

Reflexión sobre mi Sombra y el Autodescubrimiento

 

A lo largo de estos meses de autodescubrimiento, me he dado cuenta de que aceptar mi "sombra", ese lado femenino que tanto tiempo estuvo oculto, no solo ha cambiado mi percepción de mí mismo, sino también la forma en la que me relaciono con los demás. Sabrina, esa identidad femenina que he cultivado con el tiempo, me ha otorgado algo más que una sensación de liberación personal; ha sido una fuente de empoderamiento emocional y de empatía profunda. 

La aceptación de mi lado femenino ha moldeado mis interacciones, especialmente con mi esposa. Antes, solía enfrentar los problemas con una postura más masculina, más racional, tal vez intentando mantener todo bajo control. Pero al abrazar esta parte de mí me he vuelto más receptivo, más empático. He aprendido a escuchar de verdad, sin la necesidad de imponerme, sin buscar soluciones inmediatas, sino simplemente estando presente. 

Con ella, esta transformación ha sido clave para sobrellevar el problema de pareja que atravesamos. Entender que su confusión y sus sentimientos por otra persona no son un ataque hacia mí, sino una parte de su propio proceso, ha sido difícil, pero gracias a esta nueva faceta de mí mismo, he podido sostenerme emocionalmente. El control que antes buscaba ejercer sobre lo que ocurría ha dado paso a una mayor aceptación, no de la situación, sino de mis emociones y de cómo decido enfrentarlas. Como me ha dicho mi terapeuta, el desafío no está en controlar lo que ella decida, sino en cómo recibo esas decisiones y cómo permito que afecten mi equilibrio interno. 

Esta capacidad de aceptar, de acompañar, incluso en los momentos más difíciles, es algo que nunca pensé que podría lograr. Pero la fuerza de esa energía femenina que me abraza, me ha mostrado que hay una forma más suave y poderosa de estar en el mundo. Si llega el día en que mi esposa decida que su camino ya no es conmigo, sé que estaré allí para acompañarla, no desde el dolor o la pérdida, sino desde el amor y la gratitud por lo que hemos compartido. 

Como dice Gabriel Rolón: "El amor no es posesión, es compañía, es ser capaz de acompañar al otro incluso en los caminos que no imaginamos." Y ese es mi compromiso, conmigo mismo y con ella. Seré su compañero, aun cuando nuestras vidas tomen rumbos distintos. Porque, al final del día, lo que realmente importa es cómo elegimos amar, y he elegido amar desde mi autenticidad, con todos los matices de mi ser, tanto en lo masculino como en lo femenino. 

El autodescubrimiento me ha dado esta nueva perspectiva, y aunque el camino no es fácil, lo transito con más claridad. Ser resiliente, como me han dicho antes, no significa no sentir el dolor, sino saber que puedo transformarlo en algo más. Y eso es lo que mi sombra me ha enseñado, la capacidad de renacer, de encontrar la fuerza en lo que antes escondía.

Comentarios