Cuando el cansancio ya no entra en el cuerpo

Conexiones que trascienden: Redescubriéndome como PAS y en mi dualidad



El 2024 ha sido un viaje lleno de descubrimientos, transformaciones y momentos que me hicieron detenerme y mirar dentro de mí misma. No solo fue el 2024, sino el comienzo de este nuevo año en el que abracé mi dualidad y encontré un equilibrio en ella, sino también el que descubrí algo que me ayudó a entender mejor quién soy; el concepto de las Personas Altamente Sensibles (PAS).

Gracias a una persona muy especial a la considero amiga, aprendí sobre este rasgo de personalidad descrito por la psicóloga Elaine Aron. Me animé a hacer el test para descubrir si realmente era PAS y si, lo soy y el resultado fue revelador.

La Alta Sensibilidad es un rasgo presente en un porcentaje reducido de la población, caracterizado por una mayor receptividad y profundidad en la manera de procesar la información. Según lo que aprendí, este rasgo se basa en cuatro pilares fundamentales.

  1. Procesamiento profundo de la información: Las PAS tienden a reflexionar más intensamente sobre lo que viven, analizando las situaciones con mayor detalle.
  2. Sensibilidad a los estímulos sensoriales: Una mayor reacción a sonidos, luces, texturas o emociones ajenas.
  3. Emocionalidad intensa: Una conexión profunda con sus propias emociones y una alta empatía hacia los demás.
  4. Alta sensibilidad a los matices: Una capacidad para captar detalles que suelen pasar desapercibidos para otras personas.

Además, las PAS suelen tener una gran creatividad, una conexión fuerte con la naturaleza y un aprecio por las artes, aunque también pueden sentirse sobreestimuladas en ambientes muy ruidosos o caóticos.

A medida que iba leyendo me ayudo a entender, a comprender mejor ciertas reacciones y comportamientos míos, y a buscar herramientas para gestionar mejor estos rasgos en mi día a día. Este conocimiento no solo me ha permitido aceptar mi sensibilidad, sino también verla como una fortaleza que me conecta más profundamente conmigo misma y con los demás.

Dentro de las PAS, hay una amplia variedad de características que nos hacen únicos, aunque compartamos ciertos rasgos comunes. Según lo que he leído en la Asociación de Alta Sensibilidad Española, este rasgo no es un diagnóstico, sino una particularidad de la personalidad presente en aproximadamente el 20-30% de la población. Las PAS tienen un sistema nervioso más receptivo, lo que las hace percibir y procesar los estímulos de manera más profunda. Esto incluye una mayor sensibilidad a los detalles, una tendencia a la introspección y una conexión intensa con las emociones, tanto propias como ajenas.

Validar mi sensibilidad como una fortaleza será un gran paso. Que me permitirá usarla como una herramienta para conectar más profundamente conmigo misma y con el mundo que me rodea, en lugar de considerarla una debilidad. Pienso que este conocimiento me ayudara a gestionar mejor esas emociones y a apreciar los beneficios de vivir desde una sensibilidad auténtica y enriquecedora.


Reflexionando sobre esto, no puedo evitar pensar en las conexiones del alma, en aquellas relaciones que llegan a nuestra vida en los momentos más inesperados pero necesarios. Jung decía que "el encuentro entre dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas; si hay alguna reacción, ambas se transforman." Así me siento al pensar en esta conexión que tuve con esta persona especial, quien me inspiró no solo a descubrir que soy PAS, sino también a explorar mi feminidad con una perspectiva renovada.

Estas conexiones no son casualidades, las considero sincronicidades, como diría Jung. Llegan para mostrarnos algo que necesitamos ver, para ayudarnos a crecer. Al igual que cuando leí por primera vez a Brian Weiss y encontré en sus palabras una nueva forma de entender el mundo, estas experiencias me enseñaron que el universo conspira a favor de quienes están abiertos al cambio.

Todo esto me ha fortalecido en mi camino. Ser PAS no es un límite, es una puerta hacia una comprensión más profunda de quién soy. Me ha permitido aceptar no solo mi sensibilidad, sino también mi dualidad, esa mezcla de lo masculino y lo femenino que vive en mí y que me completa.

Cada día sigo trabajando en ese equilibrio, explorando mi feminidad y cuidándome tanto emocional como físicamente. Saber que soy PAS me ha dado una nueva perspectiva sobre por qué ciertas cosas me afectan más profundamente y cómo puedo canalizar esa sensibilidad de manera que me nutra en lugar de abrumarme.

Al final del día, ser sensible no es una debilidad, es un regalo. Desde que comprendí de ser PAS, he notado cambios sutiles pero significativos en mi vida cotidiana. Me permito más pausas en momentos agitados, me cuido de ambientes que sé que pueden sobreestimularme y, sobre todo, a valorarme más. Cada gesto de cuidado hacia mí misma es ahora una declaración de amor propio. Y cada paso que doy hacia mi autodescubrimiento me acerca más a la persona que quiero ser. Como diría Weiss, "no somos seres humanos con una experiencia espiritual; somos seres espirituales con una experiencia humana."

  

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